Esta mañana, durante el programa Jornadas Deportivas de Radio La Red, el productor y conductor de televisión Alberto Astudillo compartió sobre su experiencia en el desafío de escalar el monte Everest, el pico más alto del planeta.
Desde las alturas, Astudillo describió con emoción cómo ha vivido esta exigente aventura. “Es un cúmulo de emociones que no terminas de asimilar y ya empieza un nuevo día nuevamente”, expresó, dejando ver el impacto emocional del entorno. “Cuando bajamos a la pista y ya estábamos en el recorrido del Everest, que hemos visto tantísimas veces en documentales y películas, no acababa de asimilarlo.”
Astudillo relató cómo en el camino se ha encontrado con personas de todo el mundo, unidas por el mismo objetivo: conquistar las grandes montañas. “De pronto estás en una ola de gente que habla mil idiomas, pero todos nos identificamos porque regresamos a ver a un lado y ves una montaña maravillosa, y al otro lado otra igual.”
El comunicador también reconoció que no todo ha sido fácil y que, a pesar del entusiasmo, han existido momentos de incertidumbre y miedo. “Hemos tenido estaciones en las que nos quedamos quietos, impávidos, temerosos. Pero al ver a los lugareños, que lo hacen con una tranquilidad infinita, uno va tomando confianza, sin exagerar, pero motivado”, señaló.
Astudillo explicó que el proceso de aclimatación ha sido clave en este reto. “Hoy subimos a 5.000 metros y vamos a dormir en 4.000. Esa es la idea del plan de entrenamiento: subir, bajar, adaptarse al frío y a la altura, y volver al sitio de inicio.” Según detalló, el grupo ya ha alcanzado los 4.440 metros desde que comenzó la caminata, habiendo partido desde cerca de los 600 metros.
En cuanto al itinerario, comentó que en dos días realizarán una ascensión hasta los 6.100 metros, lo que comparó con la altitud del Chimborazo. “Acá es como parte del entrenamiento normal”, dijo. El cronograma contempla ascensos y descensos progresivos, lo que permite al equipo prepararse física y mentalmente antes de avanzar hacia los campamentos más altos.
El equipo está conformado por cuatro personas, incluido un guía local que, según Astudillo, actúa como entrenador y evaluador del estado físico y anímico de cada integrante. “Él da su reporte, y con base en eso empezaremos el siguiente trabajo físico que ya hemos comentado anteriormente.”
Finalmente, compartió una anécdota sobre uno de sus compañeros de ruta, un amigo australiano con quien ha entablado amistad durante el recorrido. “Nos cuenta que jugaba fútbol en su juventud y que tiene un récord Guinness por cascaritas”, comentó.
Consciente de los riesgos y motivado por el sueño que lo impulsa a escalar el Everest , Alberto Astudillo continúa su camino al techo del mundo, dejando claro que esta es una experiencia que no solo desafía el cuerpo, sino también del alma.
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