Esteban Paz, histórico dirigente deportivo y presidente de la Comisión Especial de Fútbol, dialogó en exclusiva con Alfonso Laso Ayala (para Radio La Red) e hicieron un recorrido de los 26 años en LDU.
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— La Red Ecuador (@LaRed_Ecuador) January 26, 2024
“Teníamos pendiente esta invitación, la primera entrevista formal fue como presidente de divisiones formativas (1992) y me invitó a un edificio en el Centro (Radio Quito). Usted señor me invitó a hablar de Divisiones Formativas y fue mi primera entrevista formal, hoy mi última. Termino mis funciones como presidente de la Comisión Especial de Fútbol. 26 años en esta etapa y dos años antes en las Divisiones Formativas. Mi padre dijo que teníamos dos posibilidades: hacer un escenario pequeño en la Universidad Central o hacer uno grande. Yo quiero hacer un estadio de esta magnitud por LDU dijo mi padre. Los socios dieron el aval del estadio grande y yo hice el primer acercamiento con Alfredo Gregor”, inició.
“Fue la primera piedra para la construcción, se logró financiar con cuatro entidades que confiaron en mi padre. Se tuvo que seguir con un préstamo prolongado hasta cumplir con todos los valores. Era mucho más hincha que dirigente, malo porque perdía la perspectiva y bueno porque buscaba lo mejor. De pequeño veía grandes en el camerino y nos alejamos de LDU porque mi padre se dedicó a la política. LDU estaba en quiebra y mi papá regresó para recuperar los recursos. Nos volvimos a meter en 1985 y nunca más me desprendí. Mi papá me presentó a unos jugadores y mi papá volvió a dejar LDU en algún momento. Yo me quedé y diseñé la camiseta de 1987 (Banco de la Producción y con sellos laterales)”, afirmó.
“Yo luchaba y ayudaba desde donde podía. En el año 1987-1988 (último año de colegio), me metí de cabeza y era ese hincha que quería estar. Fue mi primera contratación, le insistí a mi padre por Janio Pinto y allí empieza mi historia. Me hizo caso y Janio Pinto fue un fantástico jugador, me sentí muy identificado por el equipo. Me desprendí un poco porque me fui a estudiar, era un desastre no ver / escuchar los partidos. Solo podía saber de los resultados en la noche y registraba en una tabla. Era el partido a ganar contra El Nacional y no podíamos meter el gol hasta la mitad del segundo tiempo para no darles respuesta. Metimos el gol en ese momento y el equipo pasó a la Final”, aseguró.
“Fue brutal el calor y ese equipo vio un estadio repleto de hinchas de LDU. Eran otras épocas, menos pasionales y el estadio tenía banderas lindas (cuando se permitía). Había que conocer a don Rodrigo Paz, era bravísimo y, en su dirigencia, se rodeó de gente de su confianza: Leonel Montoya o Gomes Nogueira. Leonel tuvo muchos aciertos y teníamos tres jugadores prendados a un banco. No había una base fuerte y, en el año anterior, casi descendimos. Leonel tuvo muchos aciertos en Jacinto Espinoza y Ulises de la Cruz. Gomes Nogueira trajo brasileños: Marcos da Bahía y Mané Ferreira. Cuando vi que no tenía acceso a estar en el fútbol, me metí en mercadeo (parte comercial)”, aseveró.
“Le cambié el escudo de LDU y me fascina la U suelta, pero se necesitaba un escudo. Le cambié al triángulo inverso y empecé a los diseños de camiseta o planes comerciales en la exposición de marca (1997). Me aceptaron en el año 1998 y quería a Alfonso Obregón. Allí empecé a estar más cerca en una Comisión extensa. Manuel Pellegrini y yo tuvimos una buena relación en el año 1999, nos toma un golpe fuerte cuando se dolarizo la economía. Mi padre sostuvo al equipo porque perdimos mucho dinero. Teníamos la base de la selección. Se rompe el camerino por la parte económica, una parte no defendió a Manuel Pellegrini y mi padre toma la decisión de traer un técnico brasileño”, comentó.
“Manuel quería quedarse y mi padre vio que le costaba recuperar el camerino, había indisciplina y la parte económica complicada. Le costó y nos hundimos con la decisión de que se vaya. Manuel me dijo que le deje ir por las críticas, el equipo va a estar bien me dijo. Yo pensé que no estaríamos bien porque no me daba buenos argumentos con el DT que venía. La historia se cuenta sola, mi padre tomó el descenso con honor. Querían cambiar el formato para que no suceda y mi padre dijo que descendimos en la cancha y ascenderíamos en la cancha. Era el camino adecuado a seguir, me dolió mucho ese partido contra Olmedo. Era lo correcto, mi padre tenía valores y sabiduría”, definió.