El Mundial Sub-17 de fútbol que arranca este sábado en Chile se jugará aún bajo las secuelas del potente terremoto de 8,3 de magnitud seguido de un tsunami que azotó al país hace un mes, generando hasta ahora más de 500 réplicas.
La ciudad de Coquimbo, a unos 400 km al norte de Santiago, lugar del epicentro del terremoto del 16 de septiembre, albergará al Grupo B del Mundial juvenil, que integran Inglaterra, Brasil, Guinea y Corea del Sur, cuatro de las 24 selecciones que animarán la cita planetaria de la que se espera emerjan las nuevas estrella del fútbol mundial.
El puerto de Coquimbo y varios balnearios cercanos fueron arrasados por el tsunami que siguió al terremoto, el más potente en lo que va del año en el mundo y que dejó un saldo de 15 muertos, la mayoría en esta región, donde aún se llevaban adelante labores de limpieza y reconstrucción.
Se trató del tercer terremoto por encima de ocho de magnitud que azota en los últimos cinco años a Chile, el país más sísmico del mundo, y que ostenta además el triste récord de haber albergado en su territorio al mayor terremoto ocurrido alguna vez, que con una magnitud de 9,5 grados arrasó la ciudad de Valdivia (sur) en 1960.
El movimiento convergente de las llamadas placas de Nazca y Sudamericana es el responsable de la mayoría de los temblores que ocurren en Chile.
– Chilenos acostumbrados, extranjeros temerosos –
Con temblores casi a diario, la mayoría de los chilenos sabe ya cómo lidiar con los sismos, tanto que ya casi nadie se inmuta con aquellos de menor intensidad.
Pero son los extranjeros los que más sufren cada vez que se mueve la tierra en Chile. Un temor que posiblemente acompañará a los más de 500 seleccionados extranjeros que disputarán el Mundial Sub-17 que se desarrollará hasta el 8 de noviembre en ocho sedes de todo el país.
Tal y como ya se puso en marcha durante la pasada Copa América que se disputó en junio en Chile, los organismos de emergencias pondrán en marcha un plan especial de seguridad en cada uno de los estadios en los que se disputarán los 52 partidos que comprende el torneo, similar al que se realiza cada vez que hay un evento masivo en el país, confirmó a la AFP la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi).
Como se hizo en el máximo torneo continental, antes de que arranquen los partidos los hinchas verán proyectado en las pantallas de los estadios un video educativo que les enseñará cómo actuar en un caso de sismo.
Con un último gran terremoto ocurrido hace apenas un mes, la mayoría de los chilenos ya están entrenados para enfrentar estas materias.
A los niños en los colegios se les enseña para cubrirse la cabeza y ubicarse por debajo de sus asientos en caso de un temblor fuerte. La mayoría de los establecimientos educacionales ensaya, además, planes de contingencia y se elaboran brigadas de padres para la rápida evacuación ante emergencias.
También, en los balnearios del país abundan hoy los carteles que indican las zonas seguras de evacuación en caso de ocurrir un tsunami.
En el campo de la arquitectura y construcción antisísmica Chile también está adelantado.
El sismo de febrero de 2010, de 8,8 grados y que dejó más de 500 muertos, afectó a sólo un 0,3% de los casi 10.000 edificios de Santiago, con apenas un par de estructuras colapsadas, como consecuencia de la puesta en marcha de rigurosas normas de construcción y una innovadora tecnología de disipación sísmica.
Fiel a su historia, el Mundial Sub-17, que por primera vez organiza Chile, promete llenar de sangre nueva al fútbol mundial, tal como antes lo hizo con el brasileño Neymar, el alemán Toni Kroos, los argentinos Javier Mascherano y Carlos Tevez o el francés Zinedine Zidane, cuyo hijo, Luca, será ahora una de las figuras de la selección francesa.
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