Ellos llaman a Mario Cilenti el ‘alcalde’. Veterano de seis Juegos Olímpicos y Panamericanos, este experimentado directivo está preparándose para el mayor desafío de su carrera: administrar la Villa Olímpica de Rio 2016.
Durante los Juegos Olímpicos en agosto, este enorme complejo al lado del Parque Olímpico de Barra será el hogar temporal de miles de jóvenes atletas provenientes de todo el mundo que llegarán a la ciudad para vivir su propio sueño Olímpico.
El trabajo de Cilenti y su ejército de empleados y voluntarios es asegurarse de que la villa atlética más grande de la historia sea un lugar confortable, amigable e inspirador para todos los competidores. El complejo consiste de 31 edificios nuevos de 17 pisos cada uno, con un total de 3.604 departamentos, que se despliegan en 1,5km de largo.
Así como a más de 10.000 atletas, la Villa Olímpica albergará a funcionarios de las delegaciones nacionales, incluyendo entrenadores, médicos y psicólogos. En el momento de mayor efervescencia de los Juegos, unas 18.000 personas permanecerán en el complejo, a los que se sumarán alrededor de 13.000 empleados y voluntarios.
Amantes del confort, los deportistas que estén en la villa serán tratados como reyes. Después de todo, ellos son las estrellas del show. En las áreas comunes habrá kioscos con jugos de fruta, cocos, açaí y otros refrigerios. “Estamos haciendo todo lo posible para que los atletas no tengan que dejar la villa”, dijo Cilenti. “Pueden salir afuera para competir y volver directo”, agregó.
El complejo incluye una gran área de recreación con videojuegos, instrumentos musicales, y mesas de billar y de ping pong.
Los patrocinadores Olímpicos han tenido un rol a la hora de conseguir lo último que existe en confort para el lugar: Technogym ha instalado un gimnasio de última generación, P&G administrará un salón de belleza y Samsung proveerá a cada atleta de un teléfono inteligente gratis.
Logística y diplomacia
Para gestionar la logística de una operación de tamaño Olímpico, Cilenti estará a cargo de un equipo de 600 personas durante los Juegos en agosto. Entre las responsabilidades está la de asegurarse que una flota de 300 autobuses opere puntualmente y que el comedor que funcionará todo el día esté en condiciones de atender a un estimado de 5.000 personas.
Cilenti, cuyo primer trabajo en una villa de los atletas fue durante Sídney 2000, dijo que cada Villa Olímpica es un poco diferente y refleja la cultura del país anfitrión.
“Pekín fue perfecta, todo trabajaba muy bien, pero con un estilo un poco chino. Había dos caminos principales paralelos entre sí. En Río tendremos palmeras, un estacionamiento, piscinas y kioscos”, explicó.
Además de los desafíos logísticos, también hay dolores de cabeza diplomáticos que enfrentar. “Algunos países piden estar alejados de otros por razones culturales. Algunas naciones tocan mucha música y hacen mucho ruido”, resaltó.
Habrá restricciones respecto de los ruidos en la villa durante los Juegos. Cilenti dijo que el principal problema tiende a surgir durante la segunda semana, cuando algunos atletas han terminado de competir mientras que otros aún tienen que disputar sus eventos. “Tratamos de hablar con los jefes de las delegaciones para evitar esto”, expresó.
Coma, rece, compita
No todo será diversión. Un centro religioso estará disponible para cristianos, judíos, islámicos, budistas e hinduistas con cuartos de meditación, imágenes relativas a sus creencias, libros sagrados y hasta una brújula apuntando a la Meca.
Para aquellos que buscan más placeres terrenales, un servicio especial de autobuses llevará a los residentes a un sector especial en la playa de Barra da Tijuca.
Alta seguridad
En junio se instalará una valla de seguridad alrededor del complejo. Cerca de 500 oficiales de policía barrerán toda el área en julio, inspeccionando todos cada rincón desde los sótanos hasta dentro de los armarios.
“Todo el que entre en la villa necesitará atravesar por escáneres de rayos X”, resaltó Cilenti. “Hasta las maletas de los atletas serán chequeadas”, agregó.
El 18 de julio, los primeros funcionarios de las delegaciones nacionales comenzarán a registrarse. El 24 de julio, los primeros atletas llegarán a su nuevo hogar.
Cilenti confía en que la villa será un lugar que dejará grandes recuerdos que durarán por toda la vida. “Los atletas se llevarán a sus casas recuerdos de la calidez de los empleados y los voluntarios en la villa. No hubo semejante ambiente en Londres y Pekín por razones culturales. Aquí, la cordialidad surge fácilmente de las personas. Y no cuesta nada”, añadió.
Fuente y fotos: rio2016.com