Al parecer las Olimpiadas de Río 2016 ha superado a la de Londres respecto a que sus deportistas han tenido un mejor empeño que las del 2012 en el se puede visualizar grandes triunfos y récords de los que nadie se esperaba; obteniendo varias medallas en sus diferentes categorías.
RÍO DE JANEIRO.- Río 2016 ha sido mejor que Londres 2012 en lo estrictamente deportivo. Shick Shick, diría el inmortal Nimo. Aquí vienen los argumentos. Como hace cuatro años, Michael Phelps y Usain Bolt reescribieron sus propios libros. De cinco pruebas, el nadador norteamericano ganó cuatro y fue segundo en los 100m mariposa. El velocista jamaiquino logró el triplete del triplete. Hicieron lo que todos esperábamos. Sus marcas ya no rompen relojes. Sus récords datan de 2008 y 2009. No importa si están en su versión ideal, tampoco si hay rivales mejor preparados. Ganan siempre porque, ademas de prodigios genéticos, son bestias competitivas. “Hay atletas que aman ganar y otros que odian perder. Yo odio perder”, dice Phelps en su autobiografía No Limits. Se retira con 23 doradas. Nadie había dominado una prueba de natación en cuatro Juegos consecutivos. Phelps lo consiguio en los 200m estilos de Río. Bolt hace su show antes y después de las carreras.Ha cambiado al atletismo para siempre. Es el embajador para todo el mundo. Pero lo mejor está en la pista. Su competitividad supera al carisma. Los dolores de espalda lo han limitado desde 2012. Sabe que no está para bajar tiempos. Se reserva para las grandes citas. Gana todas.
Phelps y Bolt en Río, como en Beijing y Londres. Humanizados, con el punto de épica que aportan las despedidas, con ese asombro que genera la permanencia en la elite durante tanto tiempo. Tokio 2020 sentirá el vacío sin estos dos monstruos. No fueron los únicos que repitieron sus hazañas de 2012. Mo Farah, David Rudisha y Ashton Eaton en atletismo. Andy Murray en tenis. Teddy Riner en judo. Los chinos en saltos ornamentales. Los británicos en ciclismo de pista. ¿Quieren caras nuevas? Estos Juegos tuvieron a Simone Biles, la reina de la gimnasia artística. Ganó cuatro doradas y una de bronce. Multicampeona mundial, irrumpió en Brasil con ejercicios extraordinarios. Su infancia, con privaciones y padres ausentes, condimenta al personaje. Lo más importante está en sus rutinas de suelo, viga y salto. Con 19 años, Katie Ledecky arrasó en la natación femenina con oros en 200, 400 y 800 libres. El tenis femenino trajo el impacto de la puertorriqueña Monica Puig, inesperada campeona. El masculino ofreció un gran torneo con Juan Martin del Potro como principal protagonista mas allá del titulo de Murray.
Todos los deportes colectivos contribuyeron con Río. Neymar es tan grande que muchos argentinos dejaron Termolandia por un rato y se conmovieron con sus lágrimas tras meter el último penal que le dio a Brasil su histórico oro. El handball masculino presentó el golpe de Dinamarca sobre Francia, que había ganado sus ultimas diez finales entre Mundiales, Europeos y Juegos. El voleibol regaló un excelente torneo y confirmó a Brasil como el mejor de todos. El rugby seven fue un éxito y consagró a Fiji, casi un mandato histórico. El hockey vivió su punto de quiebre. En dos ejemplos de planificación, trabajo y resultados; Argentina en varones y Gran Bretaña en mujeres acabaron con las hegemonías de Alemania y Holanda. El básquetbol ratificó la hegemonía de Estados Unidos, más nítida en mujeres que en varones. Hubo polémica en el bronce masculino y emoción con el final de la Generación Dorada. Ese triunfo ante Brasil ya forma parte de nuestros recuerdos.
El balance nacional también es favorable. Tres doradas, la mejor actuación desde Londres 1948. El coraje y la capacidad de Pareto. El trabajo y la rebeldía a la adversidad de Lange y Carranza. El compromiso y la convicción de los Leones de Retegui. El triunfo de Del Potro contra su historia. Las finales de Chiaraviglio y Toledo. El crecimiento del voleibol con el liderazgo de Velasco. ¿El fracaso del futbol? Previsible, producto de su crisis. Río mata Londres. Por lo menos así lo veo yo.
Fuente:Juan Pablo Varsky